dimarts, 8 de juliol del 2008

REFLEXIONES PARA SEGUIR DEFENDIÉNDONOS

El pasado 2 de julio, CCOO y UGT, con la previsible y prescindible ayuda de STC, firmaron el convenio. Dicha firma se produce tras un largo proceso de movilización e información promovido por el resto de organizaciones sindicales de todo el Estado.

Valoramos muy positivamente el proceso de movilización y el nivel de participación de la plantilla. Éste ha sido inusitadamente alto, cosa que ha sorprendido a partidarios y detractores de las mismas, a pesar de la desinformación que ha habido, de la pugna entre sindicatos partidarios o contrarios a la movilización.. Además, se ha mantenido más que dignamente a lo largo de más de un mes y medio, cosa a la que no estamos acostumbrad@s en Telefónica.

Todo el esfuerzo realizado debe ser tenido en cuenta y valorado en su justa medida para no caer en el desánimo, ya que las espadas siguen en alto a pesar de la firma del convenio y deberemos seguir defendiéndonos de la agresión que aún no ha sido retirada. Es más, si en septiembre no nos movilizamos adecuadamente, todas y todos sospechamos que la mesa de Negociación Permanente aprobará los planes de Telefónica en dicha materia.

Dicho esto, creemos que debemos lanzar una reflexión a toda la plantilla y sindicatos que han participado en las movilizaciones.

Esta alta participación, no obstante, no ha sido capaz de impedir la firma de un convenio, aunque sí ha modificado aspectos importantes del mismo. Por ejemplo, que la mesa negociadora que se abre ahora no esté obligada a cerrarse con un acuerdo, es un logro del que debemos felicitarnos.

Pensamos, no obstante, que nos ha faltado hacer un salto cualitativo en la movilización, ya que las cifras permitían pensar en ampliar el calendario de huelgas a otro tipo de movilización que superasen la fase de demostración. Es decir, a nivel de cifras ha estado más que bien, pero tal vez hubiese hecho falta atrevernos a dar el paso de convocar más paros y tal vez de toda la jornada, con medidas adicionales destinadas a afectar el desarrollo normal del trabajo en Telefónica.


Pensamos que es importante hacer casar el mensaje de gravedad (real) que estamos transmitiendo a la plantilla, con unas movilizaciones que estén diseñadas para combatir esa gravedad. Si decimos que la cosa pinta muy mal y convocamos huelgas básicamente demostrativas (de porcentajes de plantilla) estamos lanzando un mensaje algo contradictorio en sí mismo. Evidentemente, nadie tiene la piedra filosofal, pero sí creemos que se daban las condiciones para ensayar este salto cualitativo (y quién sabe si sería también cuantitativo) en la necesaria movilización.

Debemos aprovechar el verano para debatir estas cuestiones y mentalizarnos que, con la plantilla que nos hemos movilizado, es con la que hay que contar y diseñar las siguientes. De nosotros y nosotras dependerá que el número vaya a más y todo el mundo se implique en la defensa de sus condiciones laborales y salariales.

Hay que hacer un esfuerzo mayor de participación y de ensayar cosas que aún no nos hemos atrevido a llevar a cabo. Estaría bien conseguir que la gente, que ha demostrado participar en las huelgas pero menos en las manifestaciones, dedique el día de huelga a que se note la misma, a hacer pancartas en todos los centros de trabajo, a plantarse ante las centrales y convencer a primera hora a muchos y muchas compañeras que no lo tienen claro y aún dudan, a que la contrata no pueda trabajar ése día en los repartidores, a extender la solidaridad y la presión (tal como, acertadamente, hicieron ellos durante su huelga ahora hace un año).

La pedagogía necesaria entre otras orga-nizaciones y comités provinciales que no opinan así, sólo puede producirse desde la determinación y el convencimiento de que por ahí han de ir los tiros. A partir de ahí, seguiremos adaptándonos a lo que mayoritariamente se decida ya que tenemos claro que nos necesitamos todos y todas para salir adelante y defendernos juntas y juntos. Por esto mismo, es un ejercicio de responsabilidad defender principalmente nuestra opinión durante el proceso de toma de decisiones, que a buen seguro será este verano.